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Mi Madre, Mi Mejor Amiga

9 septiembre, 2013

adolescentes-besos-mayores
Saludos amigos lectores, tengan todos un excelente día y sean bienvenidos a este su portal de imágenes tiernas, como siempre estimados lectores es un completo placer en compartir con ustedes. Para esta entrega retomaremos una vez más nuestro hermoso segmento de historias de amor las cuales nos hacen reflexionar y nos regalan un hermoso consejo que podemos utilizar en el día a día.

Para esta ocasión traemos la hermosa historia llamada “Mi Madre, Mi Mejor Amiga” el cual sin temor a equivocarme puedo afirmar que muchos se identificaran con dicha historia y de la misma manera nos regala una valiosa lección para la vida diaria.

Esperamos que disfruten de esta nueva entrega que les hace este su portal de imágenes tiernas, como siempre estimados lectores no olviden en compartir sus opiniones y comentarios los cuales son muy tomados en cuenta por los administradores de esta humilde página.

Mi Madre, Mi Mejor Amiga

Dos amigos se encontraban tomando un café, y uno le comenta en tono de queja al otro:

* Mi mamá me llama mucho por teléfono a la oficina y solo para pedirme que vaya a conversar con ella, siempre la misma quejadera, que ‘se siente sola’; la verdad yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser.

Ya sabes como son los viejos:

Cuentan las mismas cosas una y otra vez y sin mencionar de los

achaques que estrena cada día; y bueno, como tu sabes nunca me faltan los compromisos: Que el trabajo, que los amigos, la Asociación.. .. En fin sabes como es, No?………

El otro amigo se queda callado, y luego responde:

Yo en cambio, converso mucho con mi mamá; cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento solo o cuando tengo un problema y necesito fortaleza, acudo a ella y ella me conforta, me da fortaleza, y siempre termino sintiéndome mejor.

Caramba – se apenó el otro – Eres mejor que yo.

No lo creas, soy igual que tu, o al menos lo era, respondió el amigo con tristeza. En realidad visito a mi mamá en el cementerio.

Murió hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo, tampoco yo iba a conversar con ella pensaba y sentía lo mismo que tú.

Y no sabes cuanta falta me hace ahora su presencia, cuánto no

daría por sentir las caricias que con tanto amor me prodigaba, y que rechazaba porque ‘ya no era un niño’; ó cuánto me pesa no

haber escuchado todos los consejos que me daba, cuando con torpeza le decía: ‘Yo sé lo que hago’, y por ello cometí muchos errores.

Ay amigo, si supieras ahora como la busco, y ahora es mi mejor amiga.

Cuando sentado en la tierra fría del camposanto mirando solo su foto en el muro gris, en el que le puse ‘te amo’, (palabras que nunca escuchó de mis labios), le pido que me perdone por haber sido tan frío, por las veces que le mentí, y por los muchos besos que no le di, más el silencio me responde y cuando una brisa

Acaricia mis mejillas, sé que ella me perdona.

-Mira con ojos empañados a su amigo y luego dice- Discúlpame este arranque, pero si de algo te sirve mi experiencia, Conversa con ella hoy que la tienes, valora su presencia resaltando sus virtudes que seguro posee, deja a un lado sus errores, que de una u otra forman parte de su ser. No esperes a que esté en un cementerio porque ahí la reflexión duele hasta el fondo del alma, porque entiendes que ya nunca podrás hacer lo que dejaste

pendiente, será un hueco que nunca podrás llenar. No permitas que te pase lo que me pasó a mí.

En el camino, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó a la oficina, dijo a su secretaria: Comuníqueme por favor con mi madre, no me pase mas llamadas y también modifique mi agenda porque este día lo dedicaré a ella!.

Día de las madres Especial